El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha entregado este sábado a la Policía Federal de Congonhas (Sao Paulo) para cumplir la condena de 12 años y un mes de prisión que el juez federal Sergio Moro ordenó el pasado jueves.
Tras abandonar a pie el Sindicato metalúrgico de Sao Bernado do Campo, donde se forjó su carrera política y donde ha permanecido atrincherado desde que se emitiese su auto de prisión inmediata, el líder brasileño se ha dirigido, sorteando a la multitud, hacia un vehículo de la Policía Federal que le esperaba en las inmediaciones para llevarlo a la sede de la Policía Federal de Curitiba.
El exmandatario, que gobernó de 2003 a 2010, ha sido procesado por la Fiscalía del país por corrupción pasiva y lavado de dinero en el caso Petrobas. Sin embargo, a pesar de la sentencia, Lula se declaró “inocente” y se encerró en el Sindicato metalúrgico de Sao Bernado do Campo, donde ha permanecido hasta hoy, cuando ha abandonado el lugar para participar en una ceremonia en memoria de su esposa.
Después de la misa conmemorativa, Lula ha dirigido unas palabras a sus seguidores, que se han concentrado a las puertas del sindicato. Durante su discurso, el exmandatario ha anunciado que, tras días de huida,“atendería el mandato del juez” y se entregaría a la policía en las próximas horas a pesar de su “inocencia”. Miles de manifestantes le han respondido a gritos de “Lula, guerrero del pueblo brasilero”.
No obstante, después del anuncio de entrega del expresidente, decenas de seguidores se han atrincherado a las puertas del sindicato y han dificultado que Lula da Silva se entregue. Finalmente,Luiz Inácio Lula da Silva, se ha dirigido hacia la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde desde primera hora del día militantes y detractores de Lula se habían concentrado, y donde se han vivido momentos de gran tensión. por LA VANGUARDIA INTERNACIONAL
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