París puso en marcha este viernes sus primeros Juegos Olímpicos de Verano en más de un siglo con una fastuosa e inédita ceremonia, que exhibió la tenacidad de la ciudad durante un día que comenzó con un presunto sabotaje a la red ferroviaria de alta de velocidad de Francia.
Pero el inicio de la gala a las 7:30 de la noche despertó la euforia de los espectadores.
Aguaceros intermitentes — la primera ceremonia inaugural de unos Juegos Olímpicos de Verano con lluvia en más de 70 años — no desanimó a los deportistas que debieron protegerse con paraguas y ponchos al surcar en embarcaciones las aguas picadas del río Sena.
"La lluvia no podrá pararnos", declaró LeBron James, el astro estadounidense del baloncesto, cubierto con un poncho junto a la otra abanderada de su país, la tenista Coco Gauff.
Francia decidió realizar una audaz ceremonia, la primera fuera de un estadio. Docenas de gobernantes y dignatarios hicieron acto de presencia y el resto del mundo estaba pendiente de la extravaganza al aire libre que París mostró.
Más de 6,000 deportistas iniciaron el desfile sobre las aguas del Sena, en un recorrido por los lugares más emblemáticos de la ciudad.
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